¿Trabajas para Dios o caminas con Dios? Descubre la cura para el Síndrome del Huérfano y entiende por qué tu identidad de hijo es la clave que falta para una vida espiritual ligera y poderosa.

¿Iglesia o Secta? Aprende a diferenciar con la Biblia. Guía vital para recién convertidos: identifica señales de abuso y encuentra una iglesia sana y segura.

El Evangelio no es solo una invitación para ir al cielo, es una convocatoria para traer el cielo a la tierra. Entiende la “Lógica Invertida” de Jesús, donde perder es ganar y morir es vivir. Un manifiesto sobre la cultura del Reino.

Estás en el culto. Las luces están bajas, la banda está tocando esa alabanza que habla sobre “descansar en los brazos del Padre”. Levantas las manos, cierras los ojos y cantas. Pero, por dentro, tienes un nudo en el estómago. Tu mente va a mil por hora, repasando la lista de pendientes de la semana, la plática difícil que tendrás con tu jefe, el saldo en el banco y la salud de tus padres.

Cuando decidimos seguir a Jesús, nos embarcamos en una jornada transformadora que cambia nuestra identidad, valores y prioridades. Muchos sienten dudas, miedo e incluso soledad en este comienzo. Sin embargo, la Biblia nos ofrece un mapa claro y lleno de esperanza para los primeros pasos en esta nueva vida.

Existe una agonía silenciosa que impregna las bancas de nuestras iglesias y el secreto de nuestras habitaciones cerradas. Es un dolor que rara vez confesamos en voz alta, por miedo a parecer “menos creyentes” o “menos espirituales”. Es el dolor del monólogo.

Existe un tipo de soledad que no se resuelve con compañía humana. Puedes estar rodeado de amigos, activo en la iglesia, con la familia reunida en la sala, y aun así sentir un eco vacío en el pecho.

Vivimos en la era de la apariencia. Si abres tus redes sociales ahora, verás recortes perfectos de vidas imperfectas: matrimonios sonrientes, desayunos estéticos, versículos bíblicos subrayados en Biblias de cuero y carreras en ascenso

Existe una fantasía silenciosa que muchos alimentamos cuando somos heridos. Imaginamos el día en que la persona que nos ofendió

Para entender la cura (la Cruz), primero debemos aceptar el diagnóstico de la enfermedad. La mayoría de nosotros subestima lo que la Biblia llama “pecado”. Tendemos a pensar que el pecado es solo “cometer errores”, “tomar malas decisiones” o “tener fallas morales”.